18.enero.2014__ Dieron comienzo las celebraciones ecuménicas en nuestra diócesis, dentro de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.
La primera celebración tuvo lugar en la iglesia de Las Esclavas del Sagrado Corazón (plaza de El Salvador) y fue organizada por el Grupo de Taizé en Valladolid junto al Movimiento de los Focolares.
Este primer día tuvo como argumento "Juntos... estamos llamados a ser santos" y los tres puntos de reflexión fueron los siguientes:
I. Juntos, quienes invocamos el nombre del Señor estamos llamados a ser santos, "consagrados por Cristo Jesús" (1 Co 1, 2). En el Libro del Éxodo (19, 3-8) esta asamblea del pueblo de Dios se describe como una preciada posesión, un reino de sacerdotes y una nación consagrada.
II. En 1Pedro (2, 9-10) se entiende nuestra pertenencia a la comunión de los santos como resultado de que Dios nos llama juntos a ser raza elegida, sacerdocio real, pueblo de su posesión. Junto a esta llamada está también el deber compartido de "proclamar las grandezas de quien nos llamó de las tinieblas a su luz maravillosa".
III. En Mateo (12, 46-50) descubrimos que, como comunión de los santos, nuestra unidad en Jesús se debe extender más allá de nuestra familia, de nuestro clan o de nuestra clase, al rezar juntos por la unidad y buscar hacer la voluntad de Dios.
20.enero.2014__ Tercer día de celebración ecuménica en nuestra diócesis, dentro de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.
La celebración se desarrolló en la iglesia Evangélica situada en la calle Higinio Mangas, 15 (barrio de Los Vadillos) y fue organizada por la comunidad Camino de Vida, con la dirección del pastor evangélico Alberto Bores.
Este tercer día tuvo como argumento "Juntos... de ningún don carecéis" y los tres puntos de reflexión fueron los siguientes:
I. Job (28, 20-28) se da cuenta de que aunque todo se le ha quitado, la veneración del Señor permanece, y eso es la sabiduría. Como hermanos y hermanas en Cristo, aunque hemos sido empobrecidos por nuestras divisiones, todos hemos sido agraciados con abundancia de diversos dones, tanto espirituales como materiales, para edificar su cuerpo.
II. Aun así, a pesar de las promesas de Dios y de la vida bondadosa y del amor de Jesús, nosotros, como los discípulos en Marcos (8, 14-21), a veces olvidamos nuestra verdadera riqueza: nos dividimos, acumulamos; hablamos y actuamos como si nos "faltara el pan".
III. Cristo no ha sido dividido: juntos tenemos suficientes dones como para compartir entre nosotros y con "todo ser viviente".
19.enero.2014__ Segundo día de celebración ecuménica en nuestra diócesis, dentro de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.
La celebración se desarrolló en la iglesia Anglicana de la plaza León Felipe (barrio de Las Delicias) y fue organizada por el IERE.
Este segundo día tuvo como argumento "Juntos... damos gracias sin cesar a Dios, ya que nos ha otorgado su gracia mediante Jesucristo" y los tres puntos de reflexión fueron los siguientes:
I. En el Deuteronomio (26, 1-11) la gratitud es una manera de vivir la vida con una profunda conciencia de la presencia de Dios entre nosotros y alrededor nuestro. Es la capacidad de reconocer la gracia de Dios, activa y viva en cada uno y en todos los pueblos en todas partes, y dar gracias a Dios por ello. La alegría que emana de esta gracia es tan grande que abarca incluso a "los inmigrantes que viven en medio de ti".
II. La gratitud, en el contexto ecuménico, significa ser capaz de alegrarse de los dones de la gracia de Dios presentes en otras comunidades cristianas; una actitud que abre la puerta a un compartir ecuménico de los dones y a aprender unos de otros.
III. Toda la vida es un don de Dios: desde el momento de la creación pasando por el momento en que Dios se hizo carne en la vida y el trabajo de Jesús, hasta este momento actual en que vivimos. Demos gracias a Dios por los dones de gracia y de verdad dados en Cristo Jesús, y que se manifiestan entre nosotros y en nuestras Iglesias.