El 22 de abril de 1970 Gaylord Nelson, político y activista ambiental de Estados Unidos, propuso la creación de una agencia medioambiental y su petición no cayó en saco roto. Se creó la Environmental Protection Agency (Agencia de Protección Ambiental) y una serie de leyes destinadas a la protección del medio ambiente. Por eso cada 22 de abril se celebra en muchos países el Día Internacional de la Tierra.

El Papa Francisco cree que fomentar la sostenibilidad, reducir las cantidades de contaminación causadas por la sociedad humana y abordar cuestiones como la pobreza y el hambre es obligatorio no sólo desde el punto de vista económico, sino también desde una perspectiva moral.

El pasado 19 de marzo, durante su primera misa en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco subrayó que no tenemos que ser ecologistas para preocuparnos por el bienestar del mundo natural.

El pontífice afirmó que es suficiente ser una persona religiosa y creyente en Dios para prestar mayor atención a la forma en que nuestras acciones impactan sobre el medio ambiente: "Cada vez que los seres humanos no llegan a la altura de esta responsabilidad, cuando no somos capaces de cuidar de la creación y de nuestros hermanos y hermanas, se abre el camino a la destrucción". "Me gustaría pedir a todos los que tienen cargos de responsabilidad en la vida económica, política y social, y todos los hombres y mujeres de buena voluntad: Seamos los protectores de la creación, protectores del plan de Dios inscrito en la naturaleza, protectores unos de otros y del medio ambiente".

El pasado 22 de marzo, explicando a los diplomáticos por qué escogió el nombre de Francisco, en referencia a san Francisco de Asís, el papa Francisco habló de tres motivos: amor a los pobres y la lucha contra la pobreza, no hay paz sin verdad y sin preocupación por los demás y el respeto a la creación y la salvaguarda de la Tierra.

En relación con el tercer motivo, el Papa destacó que el camino de la lucha contra la pobreza, la edificación de la paz y la construcción de puentes se hace difícil, “si no aprendemos a amar cada vez más a nuestra Tierra”.  Francisco de Asís “enseña un profundo respeto por toda la creación, la salvaguardia de nuestro medio ambiente, que demasiadas veces no lo usamos para el bien, sino que lo explotamos ávidamente, perjudicándonos unos a otros”.