El Premio Buenas Prácticas para la Inclusión Social 2012 ya está en manos de Red Incola. El anuncio este verano de que la ONG de Valladolid recibía dicho galardón, concedido por Cruz Roja Española y la Universidad Pontificia de Comillas (a través de la Unidad de Investigación y Estudios Sociales) se acogió con alegría e ilusión. La misma con la que hoy, la delegación ha acudido a Madrid para recogerlo. Las estatuillas son simbólicas, sin dotación económica, pero el contenido por el que se le concede no. Ahí han estado Reyes, Silvia, José María Lucas, el gerente, y Félix Revilla sj en la entrega, explicando la filosofía y el trabajo de los voluntarios. El acto se ha celebrado en el marco del X Seminario de Buenas Prácticas para la Inclusión Social a la que son convocadas ONG´s, entidades sin fines de lucro, técnicos de servicios sociales y las redes de oficinas territoriales y central de Cruz Roja Española.

Es el segundo premio que recoge en un año. En noviembre de 2011, los voluntarios fueron galardonados con el Premio Voluntariado de Castilla y León que concede la Asociación Vallisoletana de Ayuda a la Ancianidad y la Infancia (Asvai) y que les fue entregado en el Paraninfo de la Universidad de Valladolid.

Cuando se hizo público este segundo galardón, el jurado destacó que Red Incola desarrolla una labor intergeneracional importante gracias a la participación activa de personas mayores en los proyectos de esta red. Los voluntarios implicados en la atención a los inmigrantes tienen distintas edades, “promoviendo el papel activo de las personas mayores que están prejubiladas y jubiladas, motivando su solidaridad y participación social, a través del voluntariado en diferentes programas con menores, jóvenes y adultos, ofreciendo apoyo escolar, acompañamiento a adultos inmigrantes, enseñanza del español y talleres prelaborales o apoyando el servicio de ropero y reparto de alimentos, entre otros muchos”, explican. Desde Cruz Roja destacan que dentro de todos los programas, existe una interactuación entre diferentes generaciones, se da valor a su capacidad y experiencia, “situándose como actores de la sociedad y motores de sensibilización con el colectivo de las personas inmigrantes, ya que sus acciones tienen un efecto multiplicador”.