Mi intención era reflejar con unas pequeñas notas lo reflexionado y orado en el retiro que los militantes de ACG de Valladolid tuvimos este pasado sábado, pero las sensaciones y sentimientos que antes, durante y después de este retiro me invadieron, me han hecho cambiar de idea y prefiero haceros participes a todos los que lean estas pobres palabras de mi experiencia en la tarde de ayer.

Salí de casa sobre las 18’30 horas y por lo tanto con retraso; cuando pasaba por la Plaza Zorrilla, observe el termómetro… 1º (un grado), en realidad hacía más frío pues, lloviznaba y el viento soplaba del norte con fuerza, mi primer pensamiento…”¿Quién va a ir hoy al retiro con la que está cayendo, si la mayor parte de ellos son muy mayores?”, y con la certeza que en la capilla solo encontraría a nuestro consiliario y dos o tres militantes, abrí la puerta de la misma y… “zasss” la primera en la frente, allí estaban ellos los “auténticos militantes cristianos” con su pila de años, sus achaques, su valentía, experiencia y… una sonrisa atentos a lo que Jesús, nuestro consiliario, les hablaba sobre la espiritualidad del discípulo de Jesús, de cómo a coger como un don y tarea la gracia de nuestro compromiso cristiano, de cómo cuidar nuestro ser contemplativos en la acción, con todo lo que eso implica y, hacer nuestra la encarnación que nos llama a la opción preferencial por los pobres, necesitados, alejados…

Que pequeño me hicieron sentir, pero que afortunado por tenerlos a ellos como maestros y compañeros de viaje.

Durante los momentos de silencio y oración antes de la eucaristía, empezaba a olvidar el frio de la calle y entre ellos me sentía abrigado, “calentito”, a gusto… pero, cuando tras las lecturas y el evangelio empezamos a compartir lo que las mismas nos habían hecho sentir, viene la siguiente sorpresa, no sé cómo ni de donde salió pero, Teódulo repite una frase propia de Roberto… “tenemos mucho futuro”, y yo me pregunto entonces… “¿Señor qué les has hecho o qué les has dado a estos, si la mayoría pasan de los 70 años?” y a partir de entonces la palabra que más se repite es ESPERANZA, cómo comunicarla, cómo llevarla a todos los ambientes en una sociedad deshumanizada y en crisis.

Y para rematar y acabar con todas mis dudas y desesperanzas, alguien repite la frase de María, la madre en la boda de Caná (era el evangelio del día)…”Haced lo que El os diga”, estas cinco palabras resumen la verdad y el sentido del compromiso cristiano.

Gracias Jesús, Roberto, Corti, Teresa, Jesús, Pedro, Siro, Teódulo, Julián, Lolita…  por vuestro ejemplo y amor a la Acción Católica y a la Iglesia.