El 16 de abril dieron comienzo las VII Jornadas sobre inmigración, organizadas por Red Íncola, con la colaboración del Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Valladolid. Félix A. Revilla Grande, presidente de Red Íncola, inauguró las jornadas centradas en "Derechos humanos e inmigración". Después de la presentación, dió paso a D. Oscar Sánchez, profesor de derecho constitucional de la Universidad de Valladolid.

La segunda ponencia de las VII jornadas de inmigración, realizada el miércoles 17, ha tenido como tema principal cómo está afectando la situación de crisis en las personas inmigrantes. Fue impartida por el profesor de la Facultad de Económicas José Miguel Rodríguez.

Estructurada en dos partes, la primera se centró en los últimos años del desarrollo económico español vinculandolo con el fenómeno migratorio. Según el profesor José Miguel, el motor de la economía española en esos años ha sido la construcción, que atrajo mano de obra extranjera de no muy alta cualificación. Se crearon muchos puestos de trabajo, que al no ser cubiertos por los españoles, fueron ocupados por personas extranjeras con contratos temporales, precarios y que no facilitaban un sólido desarrollo personal. Siguiendo su análisis, se centró no sólo en lo que han aportado los inmigrantes economía española en esta última década, sino también en aspectos sociológicos como la estructura familiar del colectivo inmigrante, el tipo de vivienda, el estado civil, número de nacionalizaciones…

En la segunda parte se refirió a las consecuencias que ha tenido la crisis económica en la población inmigrante. Muchas de estas personas han perdido el empleo porque tenían un porcentaje muy alto de contratos temporales que han sido los primero en destruirse. Como consecuencia, han aumentado las desigualdades sociales hasta el punto de que España es el país europeo con mayores tasas de desigualdad. En las personas inmigrantes, más que en la población nativa, se ha incrementado la precariedad y la inestabilidad.

El resultado ha sido un deterioro el nivel de vida y la capacidad de ahorro de las personas inmigrantes, la disminución de las reagrupaciones familiares por falta de recursos económicos, la pérdida de vivienda y el incremento de las personas que acuden a las ayudas sociales. Según un dato tomado del sociólogo Victor Renes, siendo la población inmigrante el 9%, accediendo a los en igualdad de condiciones que la población autóctona (a verces con más dificultades), representan el 47% del total de personas que acuden a los servicios de ayuda social.

En sus conclusiones finales, José Miguel dijo que aunque no se conocen todavía muy bien lo que los inmigrantes han aportado a la España, si que es seguro que el futuro ya no podrá ser interpretado sin tenerlos en cuenta. En cuanto al futuro todo parece apuntar que se va a producir una fuerte restricción en la entrada de inmigrantes, o en su caso, admitir sólo a aquellas personas de alta cualificación profesional que cubran puestos de trabajo altamente especializados.