Por segundo año, los días 6, 7 y 8 de agosto de 2013, celebramos en este Monasterio un Solemne Triduo en honor de N.P. Glorioso Patriarca Santo Domingo de Guzmán, Fundador de la Orden de Predicadores, estos tres días abarcan desde la fecha del aniversario de su muerte, acaecida en Bolonia (Italia) el 6 de agosto de 1221, hasta el 8 de agosto, día en que se celebra su fiesta Litúrgica, que para esta Orden de Predicadores tiene el rango de Solemnidad.

Los tres días comenzaron los cultos con el rezo del Santo Rosario, oración tan propia de Santo Domingo de Guzmán y de esta Orden, seguido del ejercicio del Triduo y la Eucaristía, oficiada por el Rvdo. P. Fr. Carlos Gijón, O.P.

En las homilías se ha querido dar a conocer a Santo Domingo de Guzmán como un hombre de su época y cómo su obra se ha perpetuado en la historia posterior, trazando -el primer día del triduo, que coincidió con la solemnidad de la Transfiguración- la historia de la religión desde el Génesis, el equilibrio de la creación de Dios, el contacto de Dios con Abraham y la culminación de la promesa de un Mesías en la figura de Cristo, Hijo de Dios que se ha hecho hombre.

El último día del Triduo, la Eucaristía fue presidida por el predicador del Triduo, Fr. Carlos Gijón, y concelebrada por Fr. Iván Calvo Alonso, O.P. y D. Francisco Javier Martínez Sastre, Párroco de Santa María Magdalena de Valladolid, en cuyo territorio parroquial se encuentra este Monasterio. La homilía continuó en la línea de los días anteriores, un repaso a la realidad espiritual cristiana desde los comienzos hasta llegar a la Edad Media, época en la que vivió Santo Domingo de Guzmán, y como este Santo prefirió el camino del estudio al de las armas, fundar una orden de frailes que una vez formados predicaran el Evangelio. Se destacó igualmente la figura de otro gran fundador de una Orden Mendicante, San Francisco de Asís y su ejemplo de pobreza evangélica, y las grandes figuras del pensamiento que dieron estas órdenes, Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura. Se demostró que, aun con el paso de los siglos, Santo Domingo de Guzmán, sentó las bases en tres facetas o rasgos que han llegado a la actualidad: Democracia (en la elección de priores), estudio y vida en comunidad.

Una vez finalizada la Eucaristía, se ofreció la Reliquia de Santo Domingo de Guzmán para la veneración de los fieles allí presentes.