30-11-2013 - Retiro de Adviento dirigido por José María Rodríguez Olaizola sj en el que participaron los miembros de los grupos de Fe y Desarrollo en la  Iglesia del Corazón de Jesús de la calle Ruiz Hernández  de Valladolid.

Tiempo de espera, de anhelar, de romper barreras, de saltar, de crear, de elegir, de amar y de agradecer. José María Rodríguez Olaizola sj guió el retiro de Adviento que cada año convocan los grupos de Fe y Desarrollo para comenzar el nuevo tiempo litúrgico. Desde el Evangelio, desde las reflexiones a las que invita, los versos que provoca y las imágenes que lo concretan, Olaizola presentó el Adviento como 'la sala de espera de Dios'. Desgranó las esperas y aterrizó en las cotidianas, en las especiales y en la del Adviento. Para concretar esta última, habló de "desinstalarse", de seguir buscando a Dios en el Evangelio, en el prójimo y en la plenitud de la vida de cada uno. ¿Cómo? Y aquí desgranó esas actidudes que pueden formar parte de esa espera, cada una reflejada en una imagen. Una espera activa, guiada desde el 'voy a hacer' y huye de teorías (la película Dogville); desde la ilusión del encuentro del que se espera mucho (la primera cita de dos enamorados); desde la aventura del salir asumiendo riesgos que rompen con rutinas (el explorador); desde el mimo y la delicadeza que supone su preparación (el cocinero); desde la perseverancia que vence al desfallecimiento (el corredor de fondo) y desde la pasión incondicional (la del forofo).

Y para avanzar en esa búsqueda, Olaizola propuso tres tiempos donde buscar: Presente pasado y futuro.El Adviento vivido desde la memoria de algo en que ya pasó, y ahí rescató la imagen de María que firme y confiada en su 'hágase tu voluntad' , que lejos de quedarse callada se convirtió en sevicio. Devolvió a la memoria el gesto del hombre que la acompañó y confió en ella, la de Zacarías e Isabel y de otros personajes como los pastores, los sacerdotes y los judíos que en ese momento real e histórico de tiempo de espera de Jesús tuvieron también su propio papel. "De alguna manera somos esa mujer porque Adviento en nuestro presente es el espacio para decir hágase". Para el tiempo futuro, la esperanza de que de verdad va a haber pan y palabra para todos. Y con ella, hacer posible con nuestros gestos de amor, de paz, de justicia, de que la promesa es real. Después, invitó a que cada uno encuentre su  propio espacio que le invite a preprarse para la Navidad: la lectura de un buen libro que ayude a reflexionar, en la oración, en mantener esa conversación pendiente de hace tiempo, en la preparación del Belén... pequeños gestos y cosas cotidianas donde cada uno encuentre aquello que le ayude a mantener viva la espera.