Más de un centenar de cristianos de Valladolid se dieron cita el jueves 22 de mayo de 2014 en la Parroquia del Inmaculado Corazón de María para celebrar una Eucaristía por la Justicia. Estaba convocada y organizada por Cáritas, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y las Obras Misionales Pontificias y enmarcada en la iniciativa “ENLÁZATE POR LA JUSTICIA” y en la Campaña Mundial “UNA SOLA FAMILIA HUMANA, ALIMENTOS PARA TODOS”.

En el transcurso de esta Eucaristía se hizo presente la dramática realidad que viven muchas personas, tanto cerca de nosotros, por la difícil situación por la que atraviesa nuestro país –calificada como “pobreza creciente, derechos menguantes”-, como por esa pobreza más lejana, que es intensa, deshumanizadora y desgarradora, y que tiene como manifestación más sangrante el hambre en un mundo en el que hay alimentos suficientes para todos.

En esta realidad de injusticia y de hambre “se comprende – como escribe el Papa Francisco en la exhortación Evangelii Gaudium-- el pedido de Jesús  a sus discípulos: «¡Dadles vosotros de comer!» (Mc 6,37), lo cual implica tanto la cooperación para resolver las causas estructurales de la pobreza y para promover el desarrollo integral de los pobres, como los gestos más simples y cotidianos de solidaridad ante las miserias muy concretas que encontramos. La palabra «solidaridad» está un poco desgastada y a veces se la interpreta mal, pero es mucho más que algunos actos esporádicos de generosidad. Supone crear una nueva mentalidad que piense en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos”.

Alimentados por la Palabra y el Cuerpo del Señor Resucitado, los participantes en esta celebración renovaron su compromiso de permanecer en el amor de Dios contribuyendo a construir su Reino, buscando el bien común de toda la familia humana, unidos a todas las personas de buena voluntad.

La Eucaristía fue también momento de agradecimiento al Señor por el trabajo en la acción social y en la cooperación aportado por miles de manos: las de tantas personas voluntarias, trabajadores remunerados, y religiosos y religiosas que hacen posible los distintos proyectos sociales y de desarrollo que se llevan a cabo en España y en multitud de países de todo el mundo.