31.julio.2014__ El arzobispo de Valladolid presidió la Eucaritía de acción de gracias en la fiesta de san Ignacio de Loyola, que se celebró en la iglesia del Corazón de Jesús. En la celebración participó una gran cantidad de fieles que, desde diversas obras y comunidades, participa de la espiritualidad del santo "que inspira tantos caminos y formas de vivir el evangelio".

Durante la homilía, don Ricardo Blázquez ahondó con gratitud en la presencia y servicio de la Compañía de Jesús a la Iglesia católica y resaltó su presencia en la diócesis de Valladolid: "La Iglesia católica sería más pobre sin la labor de los jesuitas". También recordó lo recibido personalmente, a lo largo de su vida sacerdotal y de su ministerio episcopal, en diversas instituciones —Universidad Gregoriana, en Bilbao, en Loyola...— y habló, cuatro siglos después de su fundación, de la "inspiración primera" que impulsó el nacimiento de la Compañía de Jesús, su fecundidad y el sentido que tiene hoy en medio del mundo.

Durante la Eucaristía, el Arzobispo de Valladolid ensalzó la figura de Ignacio de Loyola como santo “de ayer, de hoy y de mañana”, gracias a una vida entendida como “ofrenda permanente”, a su “comunión con la Iglesia” a pesar de las dificultades y diferencias, y a su sabiduría humana y cristiana, que se refleja en los Ejercicios Espirituales, fuente hoy de inspiración para muchos. Además, agradeció a los jesuitas la custodia de este legado y de su misión y les animó a continuar abrazando su carisma, “un don que Dios ha colocado en la historia muy cercana a nuestra historia”.