Don Ricardo preside la Misa de Acción de Gracias por su cardenalato
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- Categoría: Actualidad Diocesana
21.febrero.2015__ Después de haber recibido del Papa la misión de Cardenal de la Iglesia de Roma (14 de febrero de 2015), don Ricardo ha presidido en la S.I. Catedral la Misa de Acción de Gracias, como expresión pública de su sincera y cordial gratitud a todos los que le han mostrado su felicitación: obispos, presbíteros, diáconos, religiosos y seglares; personas individuales y familias; cofradías y asociaciones; ciudadanos y autoridades, medios de comunicación...
Más de 150 sacerdotes y toda la comunidad del seminario diocesano participaron en la procesión que abrió la Eucaristía —concelebrada con el obispo de Ciudad Rodrigo, don Raúl Berzosa— a la que han asistido centenares de fieles y ciudadanos y que ha contado, además, con la presencia de representantes de las instituciones del estado, de la región, de la provincia y de la capital vallisoletana.
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Al final de su homilía, don Ricardo tuvo un recuerdo muy especial para los 21 cristianos coptos asesinados el 16 de febrero por causa de su fe e invitó a los presentes a "pedir a Dios el don de la paz para cuantos están inmersos en torbellinos de violencia y de muerte". Sano Orgullo
En la primera parte de su homilía, don Ricardo mostró su satisfacción al "constatar que, para la Diócesis y para tantas personas de cerca y de lejos, mi designación como Cardenal ha sido un motivo de sano orgullo. Este acontecimiento, queridos vallisoletanos, ha estrechado nuestra mutua relación. Si la designación de un nuevo cardenal, rompiendo el paréntesis de un siglo, repercute también en el nombre y la imagen de Valladolid, me alegro sinceramente de ello".
Genuino sentido de la condición de Cardenal
En la segunda parte de su homilía, don Ricardo recordó que el Papa franncisco ha insistido en que ser Cardenal no es un premio, "sino una vocación a servir y a testificar la resurrección del Señor hasta la sangre si fuera necesario. Cuanto más incardinados estamos en la Iglesia que está en Roma, más dóciles tenemos que ser al Espíritu, para que la caridad pueda dar forma y sentido a todo lo que somos y hacemos”.
La Misericordia de Dios es más grande que nuestra debilidad
La tercera parte de la homilia estuvo dedicada a repasar las lecturas proclamadas, ya dentro del tiempo de Cuaresma, que "nos han recordado un mensaje que está en el corazón del Evangelio: La misericordia del Señor revela los sentimientos del corazón del Padre en presencia de nuestra debilidad y de nuestros pecados".
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