23.mayo.2015__ Con la Solemnidad de Pentecostés culmina "el gran domingo de la cincuentena pascual", como afirmaba uno de los grandes padres teológicos de la tradición cristina.

A los cincuenta días de la Resurrección de Jesús, la comunidad apostólica recibió el don del Espíritu Santo y comenzó la misión de la Iglesia. Por tanto, Pentecostés es una fiesta de toda la Iglesia, culmen y fruto de la Pascua.

Al reunirnos, esta noche en solemne vigilia, toda la comunidad diocesana de Valladolid invoca al Espíritu Santo para que siga enriqueciendo nuestra Iglesia con la diversidad de sus dones y carismas en cada uno de sus miembros, instituciones y comunidades cristianas.