Mensaje de don Ricardo para el tiempo de Adviento
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- Categoría: Actualidad Diocesana
28.noviembre.2015__ Don Ricardo Blázquez, cardenal arzobispo de Valladolid nos invita a vivir el Adviento como preparación para la celebración del nacimiento de nuestro Señor:
MENSAJE DE ADVIENTO
El 29 de noviembre es el primer domingo de Adviento, un tiempo litúrgico de cuatro semanas que nos conducen hasta la celebración de la fiesta del nacimiento de nuestro Señor. La palabra Adviento significa advenimiento, venida. Y durante este tiempo pensamos en tres formas de venida de nuestro Señor:
En primer lugar, la expectación del Antiguo Testamento en que el Pueblo, a lo largo de los siglos fue, poco a poco, acercándose a la venida del Señor; Hay una segunda venida, para la que todos nos preparamos. Se trata de la venida al término de nuestra vida y la venida al final de la historia; Y hay una tercera venida, que el Señor realiza diariamente y que nos invita a que lo acojamos. Porque el Señor ha venido, el Señor vendrá y el Señor está viniendo a través de la Palabra de Dios que escuchamos, de los Sacramentos que celebramos, de los acontecimientos de la vida y también de tantas personas que nos encontramos en el camino.
Que acojamos a las personas que llaman a nuestra puerta porque, de esta manera, estamos recordando la preparación a la venida del Señor, que nació en Belén y también permanecemos vigilantes de cara a la segunda venida, que es la definitiva en nuestra vida y en la historia.
El Adviento es un tiempo precioso en que, particularmente, cultivamos la esperanza. Se trata de una esperanza en medio de nuestra vida, con la complejidad que ésta tiene. A veces también con las pruebas que el Señor nos manda, con las inquietudes e incertidumbres. Pero, en medio de todo, el Señor sostiene nuestra esperanza, como una lámpara que nos ilumina el horizonte.
A todos deseo buen tiempo de Adviento, que es la preparación mejor que podemos hacer para la celebración del nacimiento del Señor. Como cristianos, nosotros celebramos la noche del 24 de diciembre y el 25 de diciembre el nacimiento de nuestro Señor, que es causa de alegría para toda la humanidad, de renovación de la vida, también de unión de las familias y de acogida por parte de la sociedad de tantas personas que, a veces, van rodando sin encontrar personas que las quieran y las acojan.