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Durante la homilía, don Ricardo Blázquez destacó que "san Juan Pablo II, en su segunda carta encíclica, Dives in misericordia (1980), ya insitía en que Dios siempre es «rico en misericordia» (Ef 2, 4). Por ello, todos tenemos necesidad de acogernos a esta Misericordia divina para que en nuestra vida se haga el milagro de creer en la familia, esperar en la familia y amar la familia profundamente".

También afirmó que "cada familia está llamada a ser pueblo de la vida y para la vida, a trabajar a favor de la vida para renovar la sociedad". Y concluyó el sermón recordando que "cuando la familia vive desde ese amor que ha recibido y cuando hace de su hogar un lugar privilegiado para la misericordia se transforma en un don de Dios Amor".

Este Año Jubilar de la Misericordia se convierte para toda la Iglesia en un gran eco de la Palabra de Dios que resuena fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Que nunca nos cansemos de ofrecer misericordia y seamos siempre pacientes en el confortar y perdonar. Que cada familia, como Iglesia doméstica, se haga voz de cada hombre y mujer y sea un hogar donde sanar las heridas del corazón.

Al final de la celebración, don Ricardo Blázquez quiso hacerse una foto de familia con algunos de los matrimonios que habían celebrado en 2015 sus bodas de Plata y de Oro y que habían renovado, durante la Eucaristía, el Sí que se dieron (Foto Izqda.)

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"Cada familia está llamada
a ser pueblo de la vida y para la vida,
a trabajar a favor de la vida
para renovar la sociedad"