Más de 40 voluntarios han puesto en marcha este curso el proyecto intercultural “Delicias, un barrio para todos y para todas”, que se viene desarrollando en la parroquia de Santo Toribio como un proyecto de caritas del barrio.

Son hombres y mujeres que, siguiendo los pasos del Maestro, sitúan sus vidas en las líneas de fractura que cruzan el mundo, en nuestro caso se trata de la inmigración forzada que, desgraciadamente, en tantas ocasiones, se va vinculando también a otras quiebras personales, culturales, económicas, sociales o familiares…

Con esta presencia evangelizadora los voluntarios transcienden la racionalidad basada en el interés y muestran la siempre novedosa gratuidad. Su acción es imprescindible en la iglesia, pues ejercen de un modo singular la evangelización a través de la acción social y el testimonio personal y compartido. Su tarea es necesaria para la sociedad pues en su “remar mar adentro” ofrecen signos que apuntan nuevos caminos evangélicos de solidaridad y de gratuidad.

También en este Año Europeo del Voluntariado reconocemos a estos y tantos voluntarios de nuestra diócesis que, desde la cotidianidad de sus vidas, crean una nueva espiritualidad y contribuyen decididamente con sus vidas a abrir cada día caminos nuevos para vivir solidaria y esperanzadamente.