El ecumenismo
- Detalles
- Categoría: Actualidad Diocesana
- Visto: 3165
El ecumenismo es "el conjunto de esfuerzos realizados bajo el impulso del Espíritu Santo con el fin de restaurar la unidad de todos los cristianos". Un movimiento, el ecuménico, que tiene ya un siglo de existencia y nace como respuesta a la división de los seguidores de Jesucristo en distintas Iglesias y Confesiones. Entre el 18 y el 25 de enero se celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos en las diversas iglesias cristianas para poner a la vista el deseo de unidad que los cristianos tenemos. En todo el mundo hay, en la actualidad, más de dos mil millones de cristianos: 1.100 millones son católicos, unos 350 son ortodoxos y el resto pertenecen a las Iglesias nacidas de la Reforma Protestante.
Esta realidad de separación y de división contradice abierta y escandalosamente la voluntad de Jesucristo, perjudica la obra evangelizadora, resta credibilidad y dispersa las fuerzas. Es una situación que hay que superar. Para conseguir este fin nos encontramos con los seis caminos del ecumenismo enumerados por el Concilio Vaticano II, en su decreto "Unitatis Redintegratio", la restauración de la unidad entre los cristianos. Estos seis caminos del ecumenismo son: la reforma de la Iglesia; la conversión del corazón; la oración constante y unánime; el conocimiento mutuo de los hermanos; la formación ecuménica; y la cooperación entre los hermanos cristianos. En definitiva se invita a suscitar entre nosotros la necesidad de orar, trabajar y servir a la unidad de los cristiano. Además se pide intensificar la oración, el conocimiento mutuo, la formación y la cooperación entre los cristianos. Hay que reconocer que en el origen y continuidad de la separación de los cristianos se encuentran los pecados de las distintas partes afectadas en estas rupturas. De hecho la separación de los cristianos es un pecado grave, que se ha de superar por la vía de la santidad. En este sentido el ejemplo más significativo del llamado “ecumenismo de la santidad” lo constituye hoy día el testimonio del fallecido hermano Roger de Taizé, el fundador de una Comunidad Ecuménica Internacional en un pequeño pueblo francés, y asesinado en agosto de 2005. El papa Benedicto XVI al recordar su figura, en agosto de 2010, se refirió a él como como “testigo incansable del Evangelio de paz y de reconciliación” y como a “un pionero en el difícil camino hacia la unidad entre los discípulos de Cristo”. Por otro lado en el mismo día -24 de abril de 2005- en el que comenzó su ministerio apostólico, el Papa Benedicto XVI señalaba la unidad de los cristianos como prioritario en su pontificado. Recientemente, Benedicto XVI retomaba y reasumía aquellas palabras suyas de "trabajar sin ahorrar energías en la reconstitución de la unidad plena y visible de todos los seguidores de Cristo" y las volvía a situar como "compromiso prioritario, ambición y acuciante deber". En los dos últimos años, hay muestras y signos inequívocos de avance ecuménico: las declaraciones conjuntas del Papa con el Patriarca de Constantinopla, con el Arzobispo de Canterbury, con el Arzobispo ortodoxo de Grecia y con el Arzobispo ortodoxo de Chipre, la reanudación de los trabajos de la Comisión Mixta Internacional ortodoxo-católica, la aceptación del Consejo Mundial Metodista de la declaración conjunta sobre la doctrina de la Justificación, un todavía reciente documento católico-anglicano sobre el papel de María, las celebraciones de la III Asamblea Ecuménico Europea, llevada a cabo en septiembre de 2007 en la ciudad rumana de Sibiu, y la Asamblea Plenaria del Consejo Mundial de Iglesias, desarrollada en Porto Alegre (Brasil), en febrero de 2006...