Un Retiro carismático e internacional en Valladolid
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- Categoría: Actualidad Diocesana
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De todas las Comunidades Autónomas y de casi todas las provincias españolas, incluidas las islas Canarias; de Portugal, Italia, Inglaterra, Irlanda, Croacia y Polonia, y de diversos países de Hispanoamérica, han venido a Valladolid y abarrotado la Sala Borja durante el pasado fin de semana, del viernes 16 al domingo 18 de marzo, para un Retiro de Evangelización con el Padre James Manjackal (www.jamanjackal.net ), Misionero y predicador carismático, de la Congregación de San Francisco de Sales.
Han sido unos días maravillosos a los pies de la Virgen de Fátima y del Sagrado Corazón Misericordioso, cuyas imágenes sagradas presidieron el Acto, de tres días de duración ( 16, 17 y 18 de marzo). Ahora, no cesan de dar gracias, las personas que vinieron, unas para alabar a Dios; otras, para agradecer los frutos de Retiros anteriores; bastantes, para buscar la sanación física o interior, la propia o la de sus hijos; unas poquitas buscaban su liberación del Maligno. Todos eran sabedores de las palabras de Jesús en el Evangelio: “En verdad en verdad os digo que el que cree en mi, ese hará también las obras que yo hago, y las hará aún mayores” (Juan 14:12). “A los que creyeren les acompañarán estas señales: pondrán las manos sobre los enfermos y estos se sanarán” (Marcos 16:15-19)
A mí me llamó especialmente la atención, la presencia de los padres de Juan Fernández, un niño de 8 años que trajeron desde Ecuador a la Clínica Universitaria de Navarra y que falleció el 15 de marzo. Tras enterarse de este Retiro de Evangelización, se decidieron a venir a Valladolid a buscar el Consuelo del Señor, sin saber- ¡oh casualidad!, providencia, digo yo- que la Doctora que trató a su hijo, también venía al Retiro e iba a ser quien condujera el vehículo que los traería a nuestra ciudad.
Otro caso muy significativo: el de un joven que se propuso abandonar la droga tras rezar, aquí, su madre por él. Llevaba muchos años rezando, como Santa Mónica; pero, esta vez, el segundo día del Retiro, su hijo la llamó para decirle que venía en el coche de camino. Al día siguiente, se confesó. Ahora, su madre, médico de profesión, repite: “¡mi hijo se ha convertido!”.Es también ilustrativo el caso de una señora que, no pudiendo hacer el Retiro, se unió espiritualmente y experimentó su liberación.