13.septiembre.2016__ El historiador y profesor de la Universidad de Valladolid, Javier Burrieza, impartió el martes, día 13, una conferencia en el marco de los actos conmemorativos del 50 aniversario de la parroquia del Dulce Nombre de María, en la calle Canterac del barrio de Delicias.

El título de la ponencia ‘El Dulce Nombre de María, un episodio de Valladolid desaparecido y descontextualizado’ era bastante sugerente, ya que el profesor disertó sobre la procedencia de las partes más antiguas del templo: La piedra de su fachada y su magnífico retablo, “que salieron del lugar para el que fueron pensados en origen”.

Tal y como explicó Burrieza, ambos formaban parte también del Dulce Nombre de María, aunque en este caso se trataba de un colegio de niñas huérfanas ubicado en el barrio de Tenerías (en la esquina de las actuales calle San Idelfonso y Paseo de Zorrilla), fundado en el siglo XVII por el pintor Diego Valentín Díaz. Hombre culto y bien relacionado con los medios eclesiásticos, que en su época llegó a ser el pintor más prestigiado de Valladolid y que, a su muerte, dejó todos sus bienes y su obra al citado centro educativo.