23.octubre.2016__  El pueblo de Herrera de Duero rindió un emotivo homenaje a Eutiquio Hernández Modinos, vecino de la pedanía, sacristán de la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora y “amigo desinteresado de todo el mundo”, como repitieron unos y otros en el transcurso de sus intervenciones.

El homenaje, organizado por la junta parroquial, la asociación vecinal de Herrera y el grupo de jotas El Dengue, tuvo lugar en el mismo templo. Comenzó con una Eucaristía presidida por el obispo auxiliar de Valladolid, D. Luis Argüello, quien destacó las dos capacidades que el Señor ha concedido a Eutiquio: “su habilidad y eficacia y su generosidad y disponibilidad”, y le felicitó “por esa conciencia de Iglesia que ha cultivado toda la vida”.

En las alocuciones posteriores, sus vecinos y amigos le definieron como un hombre “sencillo y esencialmente bueno” a quien el amor a Dios “le ha llevado a una entrega sin límites a la Iglesia”. “No hay nadie en el pueblo –subrayaron- que no tenga algo que agradecerle”. Destacaron asimismo todos los años en los que, desinteresadamente, se ha ocupado de la vigilancia, cuidado y mantenimiento de la iglesia del pueblo y su habilidad y disposición constante para echar una mano a quien se lo pidiera.

Un Eutiquio, emocionado, dio las gracias a Dios, a sus vecinos y a su iglesia, que bajo el coro lucirá a partir de ahora una placa conmemorativa en su honor.