El día 8 de septiembre en la fiesta eclesial de la Natividad de Nuestra Señora, los habitantes de esta villa castellana de Portillo (Portillo distrito 1-Portillo y distrito 2-Arrabal, como ellos se denominan cariñosamente: dos pueblos en un solo municipio, una especie de villa arriba y villa abajo) celebran a su santa patrona en la advocación de Santa María la Mayor con su santa misa a las 13:00 horas y conclusión de la novena por la tarde a las 18:00 y a continuación procesión solemne por las calles de la villa con entrada en su iglesia entorno a las 22:00 horas con el canto solemne de la salve popular, bendición y recojida de 500 claveles y beso del manto de la Virgen.

Ver a los portillanos como la cantan, la bailan, la lloran, la rezan, la proclaman vivas, a su Patrona y Patrona de villa y tierra de Portillo. Ver a las mujeres portillanas que se meten de bajo de las andas de la Virgen, que portan los hombres durante casi 4 horas, es digno de ver y nos conduce a la devoción mariana muy parecida a esos sentimientos marianos andaluces donde María juega un papel tan importante.

 El papa Pablo VI, en la celebración del Concilio Vaticano II, cuando se promulga la constitución dogmática “Lumen Gentium”. Se reúne con los padres conciliares en la Iglesia romana que titula con esta bonita advocación: Santa María la Mayor, y denomina a la Virgen Santísima con el nombre de Madre de la Iglesia.

 Vivir este tipo de experiencias religiosas, expresión del pueblo en el cariño y amor a la Madre Santísima nos ayuda a entender el papel tan importante que juega la Virgen en el camino de la fe como intercesora y abogada nuestra ante Nuestro Salvador y Redentor Jesucristo.