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Hermanos de las Escuelas Cristianas
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Evencio Castellanos López (Hno. Javier Eliseo)
Nació en Quintanilla de Abajo (Valladolid) el 13 de enero de 1912. Ingresó en el Noviciado Menor de Griñón (Madrid) el 24 de abril de 1927. Allí mismo tomó el hábito religioso y comenzó su Noviciado el 2 de febrero de 1929. Emitió sus primeros votos en Bujedo (Burgos) el 2 de febrero de 1930. Inició su apostolado en Almería, donde, como profesor, se mostró cuidadoso, ordenado y metódico, al par que muy celoso. Pero su salud se resquebrajó y el Hno. Provincial le envió a reponerse a la enfermería de la casa noviciado de Griñón. Allí le sorprendió la persecución religiosa. Murió fusilado a manos de los milicianos el 28 de julio de 1936, ante la iglesia del Noviciado de Griñón. Alcanzó la palma del martirio con 24 años.
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Gregorio Álvarez Fernández (Hno. Juan Pablo)
Nació en Bolaños de Campos (Valladolid) el 9 de mayo de 1904. Cuando tenía apenas dos años y medio falleció su padre, por lo que a partir de 1911 pudo ir al asilo de huérfanos y escuela agrícola que los Hermanos de las Escuelas Cristianas dirigían en el Monasterio de La Santa Espina, municipio de Castromonte (Valladolid). Allí se despertó su vocación a la vida religiosa para ser como sus maestros. A los 14 años ingresó en el Noviciado Menor de Bujedo (Burgos), donde realizó toda su formación. Ejerció su apostolado en la Escuela del Buen Pastor, de Jerez de la Frontera; en el Noviciado Menor de Griñón (Madrid); en Almería y en la Escuela de Santa Susana, en Madrid. Finalmente recaló como profesor en el Asilo de Huérfanos “Sagrado Corazón”, de Madrid, donde le sorprendió la persecución religiosa. En su vida apostólica se manifestó como educador excepcional, lleno de amor a los alumnos y con gran ascendiente sobre ellos. Era dinámico, piadoso, trabajador, abnegado… Unos días antes del martirio regresaba a Madrid después de visitar a su madre que estaba enferma. En Valladolid, donde se detuvo, todos lo aconsejaban que no fuera a la capital, a causa de las noticias que llegaban sobre la situación. Llamó a su Hermano Director y le transmitió los consejos recibidos, junto con su disponibilidad para hacer lo que le mandase. El director le dijo que la situación era tensa pero que, por el momento, no había pasado nada. Con todo, le dejó libertad para volver o no volver. Él decidió unir su suerte a la de sus hermanos de comunidad. Cuando llegó al Asilo, todo se precipitó. El 21 de julio de 1936 fueron detenidos los Hermanos. Los tuvieron presos en la cárcel de San Antón y el 30 de noviembre “sacaron” al Hno. Juan pablo con otros Hermanos y un grupo de más de 200 personas y los fusilaron en Paracuellos del Jarama. Tenía 32 años.
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Teodoro Pérez Gómez (Hno. Mariano Pablo)
Nació en Valladolid el 7 de enero de 1913. Fue alumno de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en el colegio Ntra. Sra. de Lourdes en Valladolid. A los 16 años ingresó en el Noviciado de los Hermanos, sus profesores, en Griñón (Madrid), donde emitió sus primeros votos el 2 de febrero de 1930. En 1931, ante la situación política, se recomendó a algunos formandos y Hermanos de votos temporales que volviesen a su casa temporalmente. El Hno. Mariano lo hizo con pena y con la esperanza de regresar pronto. En Valladolid se presentó al Hno. Director del colegio para ayudar en lo que pudiera, y mientras estuvo en esta situación vivió como auténtico religioso. Cuando regresó a Griñón y coronó su formación, fue enviado como profesor al Asilo de Huérfanos “Sagrado Corazón”, en Madrid. En una ocasión escribió a su hermana, Hija de la Caridad: “Los padres me han dicho que si la situación se agrava, les parece bien que pida los superiores ir a otro país para ejercer mi ministerio”. Debido a ciertas molestias en su salud, el Hno. Provincial le mandó ir a Griñón a descansar algún tiempo en la enfermería durante el verano. Allí le sorprendió el asalto de los milicianos a la casa de formación y alcanzó del Señor, a través de las balas asesinas, la palma del martirio. Era el 28 de julio de 1936 y tenía 23 años.
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Hermanos de las Escuelas Cristianas
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Otilio del Amo Palomino
Paisano y compañero de Melecio Pardo, Otilio del Amo nació en Bustillo de Chaves el 2 de abril de 1913. Sus padres, Eustasio y Basilisa, de costumbres muy cristianas no querían que fuera religiosos, sino más bien sacerdote secular. Ingresó Otilio en el Seminario Claretiano de Plasencia el 28 de septiembre de 1927. Al terminar las Humanidades, en 1931, tuvo que volver a su casa y permanecer dos meses en el pueblo. De esta permanencia inculcó a su hermano la vocación religiosa que no aceptó por oposición de sus padres. Según el significativo testimonio del P. Eladio Riol: “El Señor Otilio era un caso especial. Reunía un conjunto de cualidades humanas, intelectuales y morales, tan armónico y tan logrado que le daba autoridad evidente aun entre sus compañeros. Era el estudiante ejemplar e indiscutible en todo”. Los tristes acontecimientos de abril y mayo de 1936 en Zafra no le permitieron terminar en paz su primer curso de Teología. Al dispersarse el teologazo pudo encontrar refugio en al casa de los misioneros claretianos de Córdoba junto a su paisano Melecio. A los pocos días recibieron orden de juntarse con sus compañeros en Ciudad Real. Fue martirizado a los 23 años.
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Melecio Pardo Llorente
Melecio Pardo nació el 3 de agosto de 1913 en Bustillo de Chaves, provincia de Valladolid. Melecio ingresó en el Postulantado de Plasencia el 13 de octubre de 1926. De sus años de Humanidades afirma el Prefecto que destacaba por su espíritu misionero y su afición a la declamación para habilitarse en la predicación de la divina palabra. El P. Joaquín Alonso, compañero de Melecio hasta horas antes del martirio, recordaba con frecuencia la noche triste del 12 de mayo de 1931 en el que tuvieron que abandonar precipitadamente el Noviciado de Jérez. Melecio tuvo que volver a Bustillo de Chaves junto con Otilio del Amo, su paisano y amigo desde la infancia. Llenos de valor, regresaron ambos al Noviciado y Melecio se preparó para hacer la profesión el 15 de septiembre. Años más tarde, en 1936, al dispersarse el teologazo de Zafra, a Melecio y Otilio del Amo les tocó refugiarse unos días en la casa de los Misioneros Claretianos de Córdoba, hasta que se reunieron con sus compañeros en Ciudad real. Allí pudo Melecio acabar su curso soñando con el púlpito. En la tarde del 28 de julio, mientras soñaba con alcanzar la libertad, camino de Madrid, con 23 años, recibió la corona de los triunfadores.
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