17.mayo.2014__  Por primera vez en Valladolid, se realizó una "Peregrinación por la vida". Alrededor de unahora de marcha, rezando y cantando, culminó con la Santa Misa. En la puerta del Santuario emblemático del Carmen, tan querido por los católicos vallisoletanos, esperaba el Sr. Rector, ya revestido con el alba y la casulla. Un mismo corazón unía a los peregrinos en la indignación por el atropello a la vida de tantos niños que mueren cada día a causa del aborto ( unos trescientos en España, según cifras oficiales). La ley "Aído" permite esas ejecuciones, sin que ni siquiera sea preciso presentar motivo.

A causa del gran número de peregrinos ( no menos de trescientos) fue imposible mostrar al famoso "niño Aído", el muñeco que representa a un ser humano indefenso, con doce semanas de gestación, "al que le falta la voz parahacer valer sus derechos" (Luis María Ansón). Antes de comenzar la Santa Misa, una madre de cincohijos, Teresa, dirigió, a los fieles, unas palabras. Afirmó, entre otras cosas, que " la vida es un regalo deDios, que toda vida es hermosa y merece la pena"; que "en la vida y no en la muerte está el progreso"; que "nuestra sociedad desprecia la vida porque ha perdido la esperanza que da el saber que la vida viene del amor de Dios"; que "la Ciencia y el sentido común coinciden en señalar que la vida humana comienza en la fecundación", y "si no reaccionamos ante la vida de los más débiles e indefensos, ¿ante qué vamos a reaccionar?". El gesto más llamativo del Ofertorio, fue la presentación, al Señor, de una cestita, bellamente circundada de flores, que portaba papelitos con el nombre de los hijos vivos o difuntos ( incluidos los abortados) de los allí presentes. Después de la Santa Misa, el Rector del Santuario los colocó a los pies de la Virgen del Carmen, para que los bendiga e interceda por ellos. De regreso, oí comentar a un matrimonio: "teníamos otras cosas este día, pero esta Peregrinación nos pareció lo más importante.

Nos sentimos muy contentos de haber peregrinado por la vida". Otra señora decía: "yo creía que íbamos a ser poquitos; pero, afortunadamente, me equivoqué".

Josefa Romo Garlito

Pta. Asociación Evangelium Vitae