Domingo de Ramos en El Vaticano
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- Categoría: Semana Santa 2014
13.abril.2014 | FRANCISCO_ Con una plaza de San Pedro abarrotada de fieles el Papa Francisco presidió la celebración del Domingo de Ramos y de la XXIX Jornada Mundial de la Juventud. Unas cien mil personas, entre romanos, turistas y peregrinos, tenían ramas de olivo en sus manos, hojas de palma u hojas trenzadas en forma de cruces que fueron bendecidas por Francisco al inicio de la ceremonia.
En su homilía, el Santo Padre pidió a las personas, incluido él mismo, mirar en el corazón para ver cómo están viviendo sus vidas: "¿Mi vida se ha quedado dormida?", Francisco preguntó después de escuchar un relato evangélico de cómo los discípulos de Jesús se quedaron dormidos poco antes de ser traicionado por Judas antes de su crucifixión y siguió preguntando "¿Soy como Poncio Pilato, quien al ver que la situación es difícil, se lava las manos?"
Después de la ceremonia de más de dos horas, Francisco charló amigablemente con los cardenales y posó para 'selfies' con jóvenes de Río de Janeiro que llevaron una gran cruz a la plaza.
Durante la celebración también tuvo tiempo de acordarse de Juan Pablo II (será canonizado junto a Juan XXIII el 27 de abril en El Vaticano). Francisco ensalzó su gran labor para lograr las Jornadas Mundiales de la Juventud: "El papa Juan Pablo II, que fue el impulsor de estas jornadas mundiales de la juventud, se convertirá en su gran patrón, y continuará siendo para todos los jóvenes del mundo, un padre y un amigo
— [Texto completo del mensaje del papa Francisco para la XXIX Jornada Mundial de la Juventud 2014].
— [Vídeo de la celebración en la plaza de san Pedro].
«Hemos oído muchos nombres, tantos nombres. El grupo de dirigentes religiosos, algunos sacerdotes, algunos fariseos, algunos maestros de la ley, que habían decidido matarlo. Estaban esperando la oportunidad de apresarlo. ¿Soy yo como uno de ellos? ¿Dónde está mi corazón? ¿A cuál de estas personas me parezco? Que esta pregunta nos acompañe durante toda la semana». |
HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCODomingo de Ramos • XXIX Jornada Mundial de la Juventud
Esta semana comienza con una procesión festiva con ramos de olivo: todo el pueblo acoge a Jesús. Los niños y los jóvenes cantan, alaban a Jesús. Pero esta semana se encamina hacia el misterio de la muerte de Jesús y de su resurrección. Hemos escuchado la Pasión del Señor. Nos hará bien hacernos una sola pregunta: ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo ante mi Señor? ¿Quién soy yo ante Jesús que entra con fiesta en Jerusalén? ¿Soy capaz de expresar mi alegría, de alabarlo? ¿O guardo las distancias? ¿Quién soy yo ante Jesús que sufre? Hemos oído muchos nombres, tantos nombres. El grupo de dirigentes religiosos, algunos sacerdotes, algunos fariseos, algunos maestros de la ley, que habían decidido matarlo. Estaban esperando la oportunidad de apresarlo. ¿Soy yo como uno de ellos? También hemos oído otro nombre: Judas. Treinta monedas. ¿Yo soy como Judas? Hemos escuchado otros nombres: los discípulos que no entendían nada, que se durmieron mientras el Señor sufría. Mi vida, ¿está adormecida? ¿O soy como los discípulos, que no entendían lo que significaba traicionar a Jesús? ¿O como aquel otro discípulo que quería resolverlo todo con la espada? ¿Soy yo como ellos? ¿Soy yo como Judas, que finge amar y besa al Maestro para entregarlo, para traicionarlo? ¿Soy yo, un traidor? ¿Soy como aquellos dirigentes que organizan a toda prisa un tribunal y buscan falsos testigos? ¿Soy como ellos? Y cuando hago esto, si lo hago, ¿creo que de este modo salvo al pueblo? ¿Soy yo como Pilato? Cuando veo que la situación se pone difícil, ¿me lavo las manos y no sé asumir mi responsabilidad, dejando que condenen – o condenando yo mismo – a las personas? ¿Soy yo como aquel gentío que no sabía bien si se trataba de una reunión religiosa, de un juicio o de un circo, y que elige a Barrabás? Para ellos da igual: era más divertido, para humillar a Jesús. ¿Soy como los soldados que golpean al Señor, le escupen, lo insultan, se divierten humillando al Señor? ¿Soy como el Cireneo, que volvía del trabajo, cansado, pero que tuvo la buena voluntad de ayudar al Señor a llevar la cruz? ¿Soy como aquellos que pasaban ante la cruz y se burlaban de Jesús : «¡Él era tan valiente!... Que baje de la cruz y creeremos en él»? Mofarse de Jesús... ¿Soy yo como aquellas mujeres valientes, y como la Madre de Jesús, que estaban allí y sufrían en silencio? ¿Soy como José, el discípulo escondido, que lleva el cuerpo de Jesús con amor para enterrarlo? ¿Soy como las dos Marías que permanecen ante el sepulcro llorando y rezando? ¿Soy como aquellos jefes que al día siguiente fueron a Pilato para decirle: «Mira que éste ha dicho que resucitaría. Que no haya otro engaño», y bloquean la vida, bloquean el sepulcro para defender la doctrina, para que no salte fuera la vida? ¿Dónde está mi corazón? ¿A cuál de estas personas me parezco? Que esta pregunta nos acompañe durante toda la semana. |